Su preparación resalta la textura tierna de los mejillones, convirtiéndolos en un plato ideal para disfrutar solo o acompañado de pasta, arroz o pan crujiente.
Fáciles de calentar y listos en minutos, son una opción práctica y deliciosa para cualquier ocasión. Se recomienda servirlos con hierbas frescas y un toque de queso parmesano para realzar su sabor mediterráneo.